Los inicios de la temporada 2011 fueron prometedores para Lotus Renault GP. El podio de Vitaly Petrov en la carrera inaugural del calendario el Gran Premio de Australia y el podio de Nick Heidfeld en la siguiente, el Gran Premio de Malasia, fueron un oasis en el desierto. A partir de ahí la escudería inició un camino descendente que hace que su año pueda ser calificado como mediocre.
Los responsables de Renault han hecho autocrítica y reconocen que cometieron fallos con su monoplaza, el Renault R31. Su director técnico, James Allison, admite que tomaron riesgos con su diseño y que aerodinámicamente erraron con él. Tanto que llegan a calificarlo como un experimento fallido.
Lo veo como un atrevido, pero finalmente fallido experimento. Fuimos el único equipo en adoptar un diseño drásticamente adelantado y lo hicimos con grandes esperanzas. Quedó claro desde la primera prueba que la fuerza descendente no era tan elevada como habíamos esperado.
Ahora bien, Allison se muestra esperanzado de cara a la próxima temporada:
Esperamos impacientes que llegue 2012, sus exhaustivas normas nuevas y la posibilidad de volver a empezar de cero.
Inicialmente esta temporada el objetivo de la escudería era codearse con los grandes, tal y como indicó un optimista Eric Bouiller en marzo. Éste confiaba en el potencial de su Renault R31 para pelear con Ferrari y Red Bull. Finalmente no ha sido así y se van a tener que conformar con la quinta plaza en el mundial de constructores, muy lejos de la cuarta posición de Mercedes.