Fernando Alonso ha defendido con uñas y dientes una tercera posición más que merecida. Ayer yo mismo teorizaba sobre las posibilidades del asturiano de superar a Mark Webber, pero aseguraba que el objetivo principal era mantener la tercera posición. Poco me podía imaginar yo que las dos cosas acabarían siendo ciertas por la llegada inesperada de un inspirado Jenson Button.
En la salida Fernando ha cometido un pequeño error en frenar demasiado tarde, y eso le ha dado alas a Jenson, que venía muy fuerte. Gracias a la potencia de su motor Mercedes, el británico estaba pronto por delante de Webber y se lanzaba en persecución de Sebastian Vettel. Esta sería la historia de la carrera. Pero a Fernando le quedaba aún mucho por hacer.
Alonso era cuarto y se le veía con problemas para seguir a Mark Webber, que con su Red Bull parecía poder aguantarse en el podio. A pesar de todo, hemos visto hoy como el de Ferrari ha sacado esa garra que le caracteriza, atacando con agresividad los pianos (no tanto como su compañero) y buscando coger al australiano. No ha funcionado en pista, pero esas dos vueltas de más en el asfalto cuando Webber ha parado le han dado la tercera posición.
Tras la última parada y en tercera posición, muchos dudaban de que el neumático duro funcionara lo suficientemente bien como para aguantar al segundo piloto de Red Bull detrás. Pero parece que en Ferrari han trabajado muy duro esta temporada, y es que incluso con unos neumáticos que suelen irles muy mal, han conseguido defenderse de Mark con un ritmo digno de mención.
Las últimas vueltas han estado cargadas de tensión, con un Fernando Alonso dando lo mejor para evitar que Webber se acercara demasiado, y aunque hubo un momento de miedo relativo en la última vuelta, Webber no llegó a estar en distancia de DRS y no pudo atacar al asturiano. Si hubiéramos tenido dos o tres vueltas más, quizás hablaríamos de otro resultado, pero ahí está la gracia, en la gestión efectiva de los recursos disponibles, y en eso Alonso hoy ha sido un maestro.