La Fórmula1 llega a España y al circuito de Montmeló, un trazado donde las posibilidades de adelantar se reducen, los tiempos en las paradas aumentan y la habilidad del piloto no es tan vital como el rendimiento puro del monoplaza.
Las cifras del trazado catalán son increibles: 307 kilómetros, 16 curvas incluyendo una chicane, 66 vueltas, únicamente un punto donde poder realizar adelantamientos seguros y la posibilidad de alcanzar velocidades de hasta 325 km/h. Este es el circuito de Montmeló. Este es el Gran Premio de España.
El trazado es de los que más exigen al coche y en donde menos importa la habilidad del piloto, empezando por la aerodinámica. Esta debe ser controlada en extremo a causa de las numerosas curvas que posee y, por otra parte, la necesidad de potencia para las rectas largas.
Los Pirelli, una de las principales novedades de este Mundial, deberán de cuidarse más de lo normal. A pesar de las mejoras realizadas sobre el trazado español -como la introducción de una chicane para reducir la velocidad- y el cambio en el asfalto, los neumáticos se desgastan y sufren más de la cuenta.
Sin embargo aunque la degradación de los Pirelli es mayor que la de los Bridgestone, se estima un clima suave de cara a la carrera por lo que los nuevos neumáticos no sufriaran más de lo que se ha mostrado en Grandes Premios anteriores.
Detalles como la suspensión tampoco deben tomarse a la ligera. Esta debe ser regulada de tal forma que soporte bien el desnivel existente en los baches. Además los reglajes del alerón trasero deben ser más blandos que los de la zona delantera si se quiere conseguir un mayor agarre.
39 segundos en el ‘pit lane’
Pilotos como Lewis Hamilton o Felipe Massa, quienes tuvieron problemas al realizar paradas en boxes en el Gran Premio de Turquía y perdieron demasiado tiempo para incorporarse a la carrera, deberán de andarse con ojo y haber resuelto el problema si quieren hacer un buen papel en Montmeló.
El tiempo medio que transcurre desde que el piloto entra en el ‘pit lane’ hasta que sale del mismo, teniendo en cuenta incluso la desaceleración y la posterior aceleración, es de medio minuto. A ese tiempo hay que añadir el periodo de cambio de neumáticos, que conlleva nueve segundos más. En total la salida puede prolongarse como mínimo a 39 segundos. Una cifra que puede marcar el número de paradas que deseen hacer los equipos. Hasta la fecha la media vista en carreras de años anteriores en el circuito español ha sido de dos por monoplaza, una cifra que puede cambiar a juzgar por la rápida degradación de los Pirelli.
Pocas opciones de adelantar
El presente Mundial está destacando por la gran cantidad de adelantamientos que está ofreciendo, 239 en solamente cuatro carreras. El alerón trasero móvil y el 'kers' tienen parte de culpa. Un dato, mientras que en el GP de Turquía del año pasado hubo 29 adelantamientos, este año se pudieron ver hasta 113.
Pero la proporción puede que no sea tan abismal en el GP de España. El trazado de Montmeló es de los que menos posibilidades de adelantar ofrece. Solamente un punto permite sobrepasar al rival. La recta principal, de un kilómetro de longitud, es la única opción que tienen los pilotos. Estos deberán tener suficiente potencia en el coche y salir pegados al monoplaza de delante. Aún se desconoce si Charlie Whiting, director de carrera de la Fórmula1, da el visto bueno para el uso el sistema 'DRS' en dicha recta.
Otra opción sería el tramo antes de llegar a la 'Curva de la Caixa’, donde los pilotos pasan de ir a 310 a solamente 80 km/h. La recta puede servir para pegarse al oponente e intentar el adelantamiento en la frenada.
Velocidad, adelantamientos y paradas decisivas describen la próxima prueba del Mundial de F1.